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NUEVAS FORMAS DE AMOR
—A veces las esposas sienten que son invisibles, les parece que sus esfuerzos no se aprecian. Al darse cuenta de esto, mi esposo me envió una «Nota de agradecimiento de por vida» por nuestro vigésimo aniversario. Me agradecía de manera muy específica todas las cosas, que yo pensaba que él daba por sentado, como lavar la ropa, cambiar las sábanas, ir al mercado, sacar la basura. Describía tareas rutinarias que yo pensaba que él daba por sentadas. Me agradecía por cuidarlo con cariño durante dos décadas. —Cuando estoy pasando un tiempo difícil en el trabajo, mi esposa me envía tarjetas a la oficina. A veces incluye caricaturas divertidas. El mensaje es el mismo: «Creo en ti. ¡Ten paciencia! Te amo. Gracias por trabajar duro para cuidar de nuestra familia». Su amabilidad ilumina mi día entero. —Los cónyuges quizá sean animadores o aguafiestas de sueños. Yo soñaba llegar a ser un escritor independiente. Mi esposa no solo me animó en mi sueño sino que mecanografiaba mis manuscritos y trabajaba para complementar nuestro ingreso durante los años de escasez. Ahora mantengo a mi familia como escritor profesional porque mi esposa creyó en mi sueño y caminó a mi lado para hacerlo realidad. —Tanto mi esposa como yo trabajamos duro y llevamos vidas llenas de estrés. Nuestros agitados horarios causan muchos conflictos en el calendario familiar. Para aliviar un poco el estrés, los dos hemos separado algunos «días para consentirnos». Los días para consentir a mi esposa vamos a cenar a algún restaurante o le sirvo el desayuno en la cama. Los días para consentirme son el Año Nuevo y el domingo del partido final del campeonato anual de fútbol. Me acuesto en el sofá y veo el juego mientras ella me sirve mis aperitivos preferidos. Estos son los mejores días de todo el año. —Cuando me ascendieron a un puesto de alta gerencia, mi esposa le pidió a otros líderes que me escribieran cartas de consejo y apoyo. Recogió esas cartas y me las dio justo antes de que asumiera el nuevo puesto. Su solicitud me dio el ánimo y las palabras de sabiduría que necesitaba. Aprecio esas cartas y sé que puedo comunicarme con estos líderes para pedirles consejo cuando sea necesario. —La clave de nuestro matrimonio duradero ha sido sencilla y económica. Cada noche, después de la cena, sacábamos a pasear el perro cada noche porque vivíamos en un apartamento pequeño. Cuando tuvimos bebés, me gustaba salir de la casa, llevar el bebé en un cochecito y escuchar a mi esposo hablar sobre cómo había pasado su día. Cuando tuvimos hijo mayores y adolescentes, sacar el perro a pasear nos daba el tiempo que necesitábamos para discutir asuntos que involucraban a nuestros hijos. Ahora que ya estamos en la época de la vida en que el nido está vacío, sacamos el perro porque necesitamos hacer ejercicio. Los perros han sido diferentes durante los años, pero sacar al perro a pasear es una costumbre de toda la vida que, estoy segura, nos ha ahorrado miles de dólares de terapia. —Mis padres nunca nos dieron una mesada. Creían que los oficios de la casa eran parte de nuestra responsabilidad hacia nuestra familia. Sabiendo que nosotros también encestábamos dinero extra, tenían a la mano una caja de rompecabezas que retaban nuestra mente y recibíamos un pago por resolverlos. Esto nos estimuló como adultos a solucionar problemas y a enfrentar con éxito los retos y obstáculos de la vida.
Nos decía que cada mañana traía un nuevo día y nos animaba a descargar nuestra «basura» en la noche para que pudiéramos empezar frescos el día siguiente. Ahora, de adulto descargo mi «basura» ante el Señor antes de dormirme. Saco todos mis resentimientos, rencores o falta de perdón antes de que comience el nuevo día. Sé que el Señor me escucha. —A mi hijo pequeño no le gustaba leer ni escribir. Para estimularlo, empezamos un diario interactivo. El me escribía cartas en su diario y yo le respondía. Le dije que el diario era un lugar seguro para expresar sus pensamientos y no un libro de gramática para corregir. Nuestro diario abría la puerta a un mundo mágico de comunicación donde su habilidad para escribir mejoró con rapidez y floreció su seguridad en sí mismo. CUIDADO CON LAS MOSCAS MUERTAS
¿Cuál será nuestro grado de influencia en otros? Cuando somos llamados al liderazgo, son muchas las personas que dependen de nuestras acciones y por ese motivo, de allí se define si impactamos positiva o negativamente sus vidas. El libro de Eclesiastés 10:1 declara lo siguiente: «Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable» (VRV -1960). No podemos ignorar que existe un sinnúmero de personas a nuestro alrededor buscando si tenemos huesos, porque es tal el grado de excelencia con la que vivimos la vida cristiana y con la que servimos al Señor que hay quienes dicen: «este (o esta) tiene que ser de carne y hueso, aunque demuestre lo contrario». Algunos están al acecho, pero no debe olvidarse que muchos serían gravemente afectados por un desliz nuestro, sólo porque consideran que somos personas dignas de admirar. Cuando se comete una locura, no importa la conducta previa; es como si apareciera un enorme borrador que elimina lo bueno que se haya hecho, no importa el tiempo, y deja ver sólo el error cometido. Esto ocurre porque se pierde el buen nombre, el buen testimonio que nos fue entregado por el Señor, e incluso el nivel de confianza que muchos habían depositado en nosotros. Empero, es preciso tener claro que ningún ser humano está exento de cometer errores, no importa si es siervo de Dios, si lleva un buen testimonio o si ha sido una excelente persona. Las locuras siempre andarán rondando para atraparnos y por eso que debemos cuidarnos de ellas; pensar en las consecuencias que traerían nuestras acciones, nos ayudará a evitar grandes faltas que muchas veces se convierten en un estilo de vida. Como ministros, llamados y apartados para una labor especial, debemos tener presente que una vez escogidos por Dios, pasamos del anonimato a tener una vida pública, una identidad; son muchos los que nos conocen, aunque no siempre conocemos a los que nos miran. ¿Cuáles son entonces las moscas muertas de las que debemos cuidarnos? Aquellos errores que a nuestro parecer no tendrán mayor repercusión, pero que a la larga hacen mucho daño. Solamente mencionaremos algunos de ellos, a fin de que usted tome las precauciones necesarias: La infidelidad: es una de las armas más poderosas en la destrucción de familias y ministerios. Debe recordarse que nadie es infiel de la noche a la mañana, sino que son las pequeñas zorras las que poco a poco van minando la relación matrimonial hasta hacerla caer. Cuando un esposo le dice a otra mujer cosas agradables que no le dice a su esposa, se enciende inmediatamente la luz intermitente anunciando ¡PELIGRO! Echar por la borda una relación matrimonial de muchos años y faltar al pacto de fidelidad sólo por un momento de placer, o cambiar a los hijos para criar aquellos que ni siquiera se engendraron, no es más que una locura. Malos manejos: hay quienes pretenden desarrollar su ministerio ofreciendo solo buenas predicaciones, pero la labor implica más ofrecer solamente mensajes bíblicos. Se trata de administrar, organizar y evaluar, cada cierto tiempo, el buen funcionamiento de todo el sistema empleado. Siempre es saludable trabajar con un equipo responsable de rendirnos cuentas en cuanto a lo financiero, pues ser juez y parte en los manejos económicos nunca será beneficioso, por eso se requieren personas a quienes tengamos que rendirles también nos den cuentas. No es saludable tomar decisiones sin buscar asesoría, sin consultar y sin meditar. Analizar antes de actuar redundará en grandes bendiciones para la obra del Señor. Abuso de autoridad: las personas que tenemos a nuestro cargo son colaboradores en la gran viña de nuestro Dios, no son empleados de nuestra hacienda o finca. Cuando entendemos que Cristo pagó el precio por cada una de esas personas, tendremos presente siempre que nuestro deber es guiar a las personas por la senda correcta y no enseñorearnos de ellas como si hubiésemos pagado el precio por sus almas. Rebeldía: reconocer que somos personas con autoridad nos debe llevar a tener claro que también estamos bajo autoridad, y por ello, «todo lo que el hombre siembre eso también segará» (Gálatas 6.7). Esto indica que si deseo ser respetado por aquellos bajo mi liderazgo, debo empezar por sembrar obediencia y respetar a quienes están sobre mí como guía y apoyo. Es menester tener cuidado con desconocer la autoridad, pues eso mismo se cosechará. Resentimiento: muchos ministros se encuentran resentidos con su organización o denominación pues no comparten la forma en que se dirige la obra o por alguna actitud de los líderes que los presiden. Son muchos también los que optan por cambiar de organización o independizarse, porque recibieron, según ellos, una buena propuesta de otro grupo. Como esposa de pastor he visto a muchos ministros resentidos tomar decisiones sin pensar, basados en promesas de otros que les presentaron cuán fácil era afiliarse a su denominación, pero tristemente sus iglesias han ido menguando hasta quedar en su mínima expresión. Al regresar, han tenido que empezar de cero. Entonces, procure sanar su corazón en el lugar donde fue herido; una vez sano, tendrá una visión más clara para tomar la decisión que Dios ponga en su corazón. Deudas no pagadas: Si hay algo que daña la imagen de un siervo o sierva de Dios es su mal crédito. Si nadie quiere prestarle dinero a un ministro, hay que revisar la causa de esta decisión. Cuántos realizan viajes o ejecutan diversos proyectos y luego se olvidan de que todo lo hicieron gracias a un préstamo (¡creen que fue un regalo!). No se acuerdan de que firmaron un documento o llegaron a un acuerdo de pago. Cuando la Biblia dice “no debáis a nadie nada” (Romanos 13.8) significa precisamente eso: nada. Las deudas no pagadas después de cierto tiempo son una gran complicación.
Por otro lado, ninguna persona cansada rinde como se espera, más bien empieza a tomar decisiones que no son más que producto del agotamiento. Por tanto, tómese un tiempo para descansar, salga de paseo con su familia, procure relajarse y renueve sus fuerzas. Descuido de la intimidad con Dios: el Señor fue enfático al decir: «Separados de mí nada podéis hacer» (Juan 15.5). Servir en la obra de Dios, lejos de las directrices que el dueño de la obra tiene para nosotros, es caótico, pues ¡cómo saber el método y las formas de llevar adelante esta labor si no estamos en constante comunicación con el omnisapiente! Es en la presencia de Dios donde encontramos las estrategias y la unción del Espíritu Santo para actuar de manera efectiva. Al estar conectados con el Señor influimos e impactamos positivamente en la vida de otros. ¡Que Dios nos ayude!
SER MUJER, TODO UN COMPROMISO
Para que una madre pueda transmitir a sus hijos los hábitos que ella quiere dejarles, debe ser ejemplo vivo de estos. Si una madre se encuentra bien, alegre, feliz con su vida, con su trabajo, con sus responsabilidades, creencias e ideales, eso es todo lo que va a transmitir a sus hijos. Pero si por el contrario, se siente vacía, sin ganas de nada, si no tiene creencias que la estimulen a vivir plenamente su condición de esposa y madre, lo que sus hijos van a percibir de ella es sólo conformismo y superficialidad, en una palabra, infelicidad.
Activa y desactivada Ana es una mujer que suele estar todo el día ocupada. Un día típico de Ana sería el siguiente: Como Ana, la mujer “activista” es la que siempre está metida en mil quehaceres. Se preocupa por lo externo y no llega a descubrir la riqueza del interior. Tiene tiempo para todo, menos para enriquecer su espíritu. La podemos resumir como la mujer que “se pasa la vida juntando material y nunca construyó nada”, o que “fabrica botecitos de perfume y nunca los llena”. Al final se quedó vacía y no dejó nada. La mujer “trabajadora” Isabel en cambio, tiene un día completamente diferente. Se levanta muy temprano y atiende tranquila y alegremente a su familia. Durante la mañana, va a una conferencia sobre la adolescencia, da clases de ortografía en una escuela de escasos recursos, y asiste a un taller de redacción. La hora de la comida la comparte junta toda la familia. Aunque dos veces por semana, Miguel (el hijo mayor) come antes acompañado de Isabel, pues acaba de entrar a la universidad y tiene clases por la tarde. Como Ana, ella también se levanta temprano para ir a su clase de gimnasia, y también va regularmente a arreglarse el cabello. Pero Isabel en cambio, no hace que su vida gire en torno a estas dos actividades, sino que busca algo más para llenar su existencia. Isabel es una mujer “trabajadora” tiene todo su tiempo ocupado en actividades que le dejan satisfacción personal. Atiende a su familia con alegría, cultiva su intelecto, realiza acción social, y es profesionista. Se da tiempo para todo, pues no lo pierde en cosas que no le dejen algo positivo. Tiempo de comprometerse Conociendo los tres tipo de mujeres, sólo cabe preguntarnos, ¿qué tipo de mujer soy? ¿Tal vez un poco “activista”, algo “pasatiempo” y no lo suficientemente “trabajadora” como podría serlo? ¿Cuál me gustaría ser? Hoy es momento perfecto para definir y comprometerse con uno mismo. Empezar a darse a los demás, de hacer algo por los hijos; algo que se quede, que no pase de moda o se acabe con el uso, sino algo que ellos puedan decir mas tarde “Mi mamá me enseñó a ser así”, o “Yo aprendí esto otro porque en mi casa siempre vi a mi mamá hacer lo mismo”. Para realizar con éxito ese compromiso que una madre tiene para con sus hijos, es importante que uno llegue a conocerse a fondo. Poniendo en orden estas ideas, queda claro qué es lo que quiero en la vida, hacia dónde voy, qué fruto quiero cosechar, qué legado quiero dejar a las personas que más amo, y solo así se puede dar un auténtico crecimiento personal. Ser ejemplo: La mejor arma ¿Qué vamos a sembrar en nuestra familia? ¿Educación, ejemplo de trabajo, de fortaleza, de entusiasmo y de entereza? ¿O mediocridad, egoísmo, falta de principios, conformismo y superficialidad? Si bien es cierto que “cada uno es el arquitecto de su propio destino”, parece ser que en las madres está el proveer a sus hijos de los materiales adecuados.
ADMINISTRA TU HOGAR CON AMOR
Desde pequeñas se nos dice ¨ tu obligación es limpiar la casa ¨, así que cuando tenemos la oportunidad de hacer travesurillas, lo vemos cada vez más lejano porque la rutina del hogar se nos viene encima y nos desmotiva en tal forma, que hasta la relación de pareja se desequilibra. Aunque el ama de casa interpreta el papel protagónico en el hogar, no quiere decir que sea una esclava de la limpieza por el resto de su vida, ¡ya basta!, es hora de que goces a tu pareja, en especial en este mes lleno de amor y pasión. Si tienes la ocasión de estar a solas con tu pareja porque tus hijos salieron de campamento por el día del amor y la amistad, conviértete en una estratega y organiza unos días fenomenales llenos de romance para que disfrutes intensamente, sin descuidar tus responsabilidades de esposa, madre y mujer.
Adiós niños Lo primero que tienes que hacer es asegurarte que los niños estén seguros y que nos les falte nada. Luego, inicia la diversión, con creatividad e ingenio para que tu permanencia en casa con tu pareja se inolvidable y se convierta en un buen momento de compartir, de afianzar tu deseo de seguir a su lado por toda una vida, de revivir una luna de miel, pero con la limitante de que no podrás irte de viaje pues la vida en casa continúa, pero eso si, estarás sin los niños y eso te dará un poco de mayor libertad. Organiza las actividades rutinarias del hogar con anterioridad, realiza la limpieza de la casa a fondo antes de que se vayan los niños y luego puedes retocar sólo para mantenerla fresca. Las cortinas, lámparas y alfombras pueden esperar unos días más, no tienes por qué escoger precisamente esos días para luego quedar extenuada y acabar con la diversión, así que organiza tus menús en la cocina, de preferencia platillos sencillos o congelados que te darán más tiempo para ti y tu pareja.
No pierdas tiempo El arroz cocido se congela perfectamente, la pasta igual; si compras carne fresca puedes prepararla tipo albóndigas, hamburguesas o también congelarlas, una buena opción son las croquetas de arroz, de pescado o de pollo, pero recuerda que una noche anterior o unas horas antes necesitas sacar los alimentos del freezer. Complementa tus comidas con algo sencillo como milanesas, filetes de pescado, una sabrosa ensalada o fruta. Además, dos tórtolos enamorados no comen lo que come un batallón de niños llegados de un partido de fútbol. Si los dos trabajan durante el día, traten de robarse un espacio de tiempo para hacer los pagos para que al final de la jornada te dediques por completo a tu pareja. Planifica con tiempo tus compras, idas a la tintorería y panadería, porque no es muy romántico estar de compras con tu esposo en lugar de estar haciendo cosas más entretenidas.
Sorpréndelo sin salir de casa
Sorpréndelo con una velada sencilla pero con mucho encanto, rompe con la rutina, usa tu imaginación, comienza con su postre favorito y realcen las cosas lindas que tienen en común como pareja, pues cuando se es mamá tiempo completo y con el ajetreo que se vive, se van perdiendo esos detalles y momentos que alegran la vida.
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